La
iglesia de
Santa María en
Carmona.
La verdadera importancia de este conjunto arquitectónico radica en el templo cristiano, concebido según los patrones formales y constructivos del
gótico catedralicio sevillano.
El templo presenta planta de
salón, con tres naves y
capillas situadas entre los contrafuertes laterales. La construcción se realizó en dos fases durante los siglos XV y XVI. En la primera se levantaron los tramos que van de los pies hasta el
coro, usando un lenguaje y estéticas góticos; en la segunda fase desempeñó un papel importante Diego de Riaño, imprimiendo ya una estética claramente renacentista a los tramos que llegan hasta la cabecera.
Del periodo barroco se conservan la
Puerta del Sol y la
capilla Sacramental. A fines del siglo XIX se llevan a cabo una serie de reformas que le dan la imagen actual a la iglesia.