Puerta de
Córdoba.
En esta Puerta de Córdoba podemos apreciar las huellas de diferentes culturas que se han establecido en nuestra ciudad con el paso de la
historia.
En época de los Reyes Católicos la Puerta perdió su primigenia función defensiva y, con ello, su austero aspecto
militar, tomando una función fiscalizadora de los productos elaborados fuera de las
murallas, ejerciendo en la práctica como una aduana y adquiriendo, por tanto, una
arquitectura civil.
En el S. XVI se le hicieron reformas renacentistas y a principios del S. XVII se acordó colocar hermosos motivos ornamentales, como
escudos y
estatuas de mármol, hoy en día perdidas, que dignificaron la Puerta.
El aspecto barroco se le confirió en época de Carlos II, con las reformas de 1688.
A finales del S. XVIII se realizó la última intervención, a cargo del afamado arquitecto neoclásico, natural de
Carmona, José Echamorro, reedificándose parte del
monumento y consolidándose el conjunto.