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CARMONA: HISTORIA DE CARMONA (III)...

HISTORIA DE CARMONA (III)

Hierro II: Etapa Turdetana.

Con la desaparición de Tartessos muchos yacimientos entran en crisis reduciéndose su extensión o se fundan nuevos y en algunos se detectaron niveles de incendio que sería una destrucción generalizada.
Carmona no soportó la crisis al menos fue superada rápidamente y esta ciudad turdetana siguió ocupando un espacio delimitado durante el periodo oriental expandiéndose hasta el sur ocupando las actuales calles Sancho Ibañez, Prim, Vendedoras.
En la zona de San Blas la ciudad turdetana se asienta directamente sobre la ciudad antigua y mantiene la misma orientación, (el solar de la casa Saltillo) y la ciudad turdetana de nueva implantación tiene distinta orientación que en la zona norte, orientación coincidente con la romana.
La tipología es la siguiente: las cimentaciones y los muros de mampostería usando rocas del lugar revestidas y pintadas de rojo o blanco y los pavimentos siguen siendo similares a la ciudad colonial con tierra apisonada, cantos rodados o lajas de piedra de alcor.
La conquista de la península ibérica por los cartagineses en el 237 a. C dirigidos Almicar Barca quien en pugna con Roma originaría la Segunda Guerra Púnica.
Carmona fue un importante enclave cartaginés como se testimonia por las obras defensivas que nos han legado. Para reforzar la seguridad se construyó una muralla defendida por un conjunto de fosos excavados en la roca. El principal acceso a la ciudad se defendió con un importante bastión realizados con sillares almohadillados que forman parte del actual Alcázar de la Puerta de Sevilla convirtiéndose la ciudad en una fortaleza inexpugnable que impresiono al propio César.
La pugna entre las armas no le fue favorable a la causa púnica y en el año 206 a. C los cartagineses fueron definitivamente expulsados de la Península Ibérica.
La batalla de Ilipo que se desarrollo en Carmona supuso la victoria romana y la ocupación romana de Carmona, el principal núcleo de la Turdetania.

La Conquista Romana.

Tras la conquista romana de Carmona al igual que el resto de España se inicia un nuevo proceso de adaptación y transformación que afecta a toda su cultura, organización social, económica, religiosa, lengua y urbanismo y a este proceso se le llama romanización.
Durante la República, Carmona mantiene toda la estructura urbana que sería descrito para el periodo turdetano anterior y púnico apenas perceptible arqueológicamente.
Según las investigaciones arqueológicas han permitido investigar un complejo alfarero situado en la ladera de Albollón, ubicado fuera de las murallas.
En este periodo que abarca los siglos I y II a. C hay una nueva concepción de vivienda con muros y cimentaciones de piedra y los ladrillos de adobe, mantienen la misma orientación que los turdetanos.
Los efectos de la romanización se hacen patentes al final del período con el surgimiento del Imperio.

El Imperio.

En la segunda mitad del siglo I comienza un período de prosperidad económica con la producción agropecuaria y el desarrollo del comercio a larga distancia por el hallazgo de ánforas procedentes de La Bética en el monte Testaccio y los restos de cerámica gálicas encontradas en las excavaciones y respaldadas por la Pax Romana. Se produjo en Carmona una actividad constructiva con la expansión urbana del norte al sur: al norte la ciudad vieja y al sur la ciudad nueva. El eje este-oeste y el foro se convierten en los elementos formadores de estructura urbana.
El desarrollo económico se produce en el siglo I d. C. Y durante el siglo II d. C a través de la dinastía Flavia de tal forma que la ciudad se expande hacia áreas despobladas de la Meseta hasta el sur y el este ocupando el barrio de San Felipe.

Se analizan los elementos básicos que componían el esquema urbano, sus murallas, puertas, calles, el foro, edificios públicos, las termas, las áreas industriales, las viviendas, y los cementerios.

Murallas y Puertas.

Carmona es una ciudad que está elevada en la meseta y esta reforzada desde la época romana por una muralla que abarca todo su perímetro y por puertas fortificadas.
En la segunda década del siglo XXI a excepción de las puertas de Sevilla y Córdoba y los cimientos del lienzo en el Raso de Santa Ana nada queda de sus imponentes defensas.
En la cerca amurallada se abrían cuatro puertas por donde salían las principales vías de la ciudad. Las puertas de Sevilla y Córdoba marcaban los extremos occidentales y orientales del cardus máximus mientras que las puertas Postigo y Morón limitaban por el norte y sur respectivamente a los decumanos máximum.
En las luchas entre Pompeyo y César, este último dijo la célebre frase que se recuerda
“Carmo es con mucho la ciudad más fuerte de toda la provincia”

-Puerta de Sevilla.

El bastión y la puerta de Sevilla son construcciones erigidas por los cartagineses antes de la II Guerra Púnica, aunque tuvieron varias modificaciones en la época romana.
La puerta se compone de los espacios abovedados enmarcados en sendos arcos que dejaban entre si un patio o intervallum. Las modificaciones se centraron en la construcción de la puerta de acceso a la ciudad y la poterna, situado al norte del bastión y varias modificaciones en el bastión.
La paterna se compone de dos arcos de medio punto que se enmarcan en un espacio cubierto con bóveda de cañón.
En el bastión las principales reformas fueron la construcción de un paramento, denominado cortina y de un templo de donde apenas quedan restos sobre el podio y fueron construidos en la segunda mitad del siglo I a. C.

-Puerta de Córdoba

La actual puerta de Córdoba es el resultado de diversas reformas en la puerta romana original de la que se conservan los paramentos que llegar hasta el alcor, dos pilastras configuradas de forma clásica: basa ática sin plinto sobre doble zócalo, parte de los dos torreones semioctogonales, la escalera y su bóveda. Los paralelos arquitectónicos permiten fechar la obra en los tiempos de Augusto o Tiberio (siglo I d. C).
-Puerta de la Sedia.

En 1986 se descubrieron los restos de una antigua puerta con dos arcos de distintas dimensiones. Basándose en el trazado de la ciudad romana es lógico pensar que cercano allí existía la puerta principal romana.

-Puerta de Morón.

Se busco su situación en un lugar cercano a la cuesta de San Mateo que conduce al antiguo caminillo viejo. Recientemente se ha encontrado una estructura de sillares en seco y con tipología similar a la puerta de Córdoba.

-Calles.

El proceso urbanístico romano estaba basado en un trazado ortogonal de sus calles y destacaban dos ejes principales de la ciudad: el cardo máximo y la decumana máxima. El cardo máximo correspondía al trazado urbano de la Vía Augusta. Su trazado recorría la Puerta de Sevilla hasta la de Córdoba pasando por las calles Prim, Plaza de Arriba, Martín López, Dolores Quintanilla y Puerta de Córdoba.
La decumaná máxima se iniciaba en la Puerta de Morón,, cruzaba hacia la Plaza de Arriba para dirigirse a la puerta principal ubicada cerca del Postigo.
Las calles estaban pavimentadas con grandes losas irregulares de piedra pizarrosa y debajo de ellas estaban las cloacas.

Julio Reyes Rubio