El origen del poblamiento se remonta al periodo calcolítico (III milenio a. C.), habiendo sido ocupado posteriormente por tartesios y turdetanos, existiendo varias necrópolis de estas épocas como lo demuestran los dólmenes y yacimientos existentes.
Tras la fundación de la ciudad de Itálica en el año 206 a. C. por el general
romano Escipión el Africano, se estableció en el actual municipio un castro
militar y diversas villas agropecuarias que posteriormente fueron ocupadas por los visigodos.
En el siglo XIII, tras la conquista cristiana, pasa a ser propiedad de la Orden de Santiago, para independizarse en el siglos siguiente. Posteriormente ha estado bajo la jurisdicción de los condes de
Olivares (Guzmanes), existiendo constancia de que ya era
Ayuntamiento en 1.500.
El origen de la villa actual debe datar de tiempos
romanos. Bajo los musulmanes tuvo mayor importancia, habiendo morado en ella durante algún tiempo el caudillo Almanzor. En el siglo XIII, tras la conquista cristiana, pasa a ser propiedad de la Orden de Santiago, para independizarse en el siglos siguiente. Posteriormente ha estado bajo la jurisdicción de los condes de Olivares (Guzmanes), existiendo constancia de que ya era Ayuntamiento en 1.500.
Con la invasión árabe de la península ibérica del año 711 surge la aldea llamada Dunchuelas Taxit, llegando a acoger temporalmente al caudillo Almanzor en un
palacio gubernamental posiblemente ubicado bajo el actual palacio de los Condes de
Castilleja de Guzmán. Curiosamente, Dunchuelas es una palabra mozárabe que significa doncellas (del latín dominicellas), lo cual apunta al origen romano del poblamiento, reforzando además el mito de la existencia de un ‘collegium’ de
vírgenes vestales que supuestamente pudo haberse ubicado en este lugar durante el periodo romano.
A principios del S. XVII los condes de Montelirio adquirieron el señorío transformando el antiguo palacio en la hacienda llamada "Divina Pastora", en torno a la cual se va desarrollando la villa. Posteriormente, a mediados del S. XIX, vendieron la hacienda a los condes de Castilleja de Guzmán, cuyo IV Conde D. Joaquín Rodríguez de Rivas y de la Gándara, a comienzos del S. XX convirtió la hacienda en palacio, momento en el que se diseñaron y realizaron los
jardines por el arquitecto, paisajista, e ingeniero forestal Jean-Claude Nicolas Forestier, constituyendo uno de los actuales tesoros patrimoniales del municipio.
En 1998 se descubrió el tholos de Montelirio y se inscribió junto al tholos del Señorío como Bien de Interés Cultural (B. I. C.), perteneciente al mayor asentamiento de la edad del cobre (3000 a. C.)
En las dos últimas décadas ha pasado de ser el municipio de menor población a ser el de mayor natalidad y crecimiento demográfico de toda
España. A lo largo de la
historia y de manera directa ha estado siempre vinculado al enclave del
Colegio Mayor y Jardines de Forestier, embrión del municipio.