no señora mia yo no soy criadora de patos y patitos me los adjudicaron el señor o los señores administradores y como yo soy una enamorada de los animales pues me los quede son muy bonitos los cuatro patos y el patito y si señora en castilleja se come de maravillas ademas su gente son muy amables yo señora mia la invito a usted a tomar un cafelito y unos pestiños o torrijas que casa upita las hace que terminara ud. chupandose los dedos
Cuando Juan recibió su sueldo, en dinero efectivo, como siempre lo hacía el primer día de cada mes, contó cuidadosamente los billetes, uno a uno, agudizando sus ojos y untando el dedo con saliva para despegar con fuerza los billetes.
Se sorprendió al percatarse que le habían dado 100 dólares más de lo que correspondía. Miró al contador de reojo para asegurarse que no lo había notado, rápidamente firmó el recibo, se guardó el dinero dentro del bolsillo y salió del sitio con la mayor rapidez y discreción posibles, aguantándose, con esfuerzo, las ganas de saltar de la dicha.
Todo quedó así.
El primer día del mes siguiente hizo la fila y extendió la mano para recibir el pago.
La rutina se repitió y al contar los billetes, notó que faltaban 100 dólares.
Alzó la cabeza y clavó su mirada y muy serio le dijo al cajero:
- Señor, disculpe, faltan 100 dólares.
El cajero respondió:
- ¿Recuerda que el mes pasado le dimos 100 dólares más y usted no dijo nada?
- Sí, claro -contestó Juan con seguridad-, es que uno perdona un error, pero dos ya son demasiados.
Velorio
El viejo acaba de morir.
El cura en la ceremonia se manda con los elogios:
- El finado era un buen marido, excelente cristiano, un padre ejemplar!...
La viuda voltea hacia uno de sus hijos y le dice al oído:
- Anda al cajón y mira si es tu papá el que está adentro.
Saludos a TODOS.
Rubí.
Se sorprendió al percatarse que le habían dado 100 dólares más de lo que correspondía. Miró al contador de reojo para asegurarse que no lo había notado, rápidamente firmó el recibo, se guardó el dinero dentro del bolsillo y salió del sitio con la mayor rapidez y discreción posibles, aguantándose, con esfuerzo, las ganas de saltar de la dicha.
Todo quedó así.
El primer día del mes siguiente hizo la fila y extendió la mano para recibir el pago.
La rutina se repitió y al contar los billetes, notó que faltaban 100 dólares.
Alzó la cabeza y clavó su mirada y muy serio le dijo al cajero:
- Señor, disculpe, faltan 100 dólares.
El cajero respondió:
- ¿Recuerda que el mes pasado le dimos 100 dólares más y usted no dijo nada?
- Sí, claro -contestó Juan con seguridad-, es que uno perdona un error, pero dos ya son demasiados.
Velorio
El viejo acaba de morir.
El cura en la ceremonia se manda con los elogios:
- El finado era un buen marido, excelente cristiano, un padre ejemplar!...
La viuda voltea hacia uno de sus hijos y le dice al oído:
- Anda al cajón y mira si es tu papá el que está adentro.
Saludos a TODOS.
Rubí.