Buenos días Castilleja y foreros todos:
Hoy, aniversario del nacimiento de la gran Cantaora, "La Niña de la Puebla", quiero que la recordemos con su canción más popular, "Los Campanilleros".
***Los campanilleros***
(La niña de la Puebla)
En los pueblos (bis) de mi Andalucía
los campanilleros por la madrugá,
me despiertan con sus campanillas
y con las guitarras me hacen llorar, y empiezo a cantar
y al sentirme tos los pajarillos,
cantan en las ramas y se echan a volar.
Toas las flores (bis) del campo andaluz
al rayar el día llenas de rocío
lloran penas que yo estoy pasando
desde el primer día que te he conocido
porque en tu querer tengo puestos los cinco sentíos
y me vuelvo loca sin poderte ver.
Pajarillos (bis) que estáis en el campo
gozando el amor y la libertad
recordarle al hombre que quiero,
que venga a mi reja por la madrugá
que mi corazón se lo entrego al momento que llegue
cantando las penas que he pasao yo
PERFILES FLAMENCOS
Niña de la Puebla. Cantaora
Dolores Jiménez Alcántara
La Puebla de Cazalla. (Sevilla), 1909.
El nombre de Dolores Jiménez Alcántara puede que no le diga nada incluso a muchos buenos aficionados. Sin embargo, citar a la Niña de la Puebla levanta un gesto de respeto en todos ellos. Respeto, por otra parte bien merecido pues esta cantaora, más que ninguna otra, se ha ganado a pulso el lugar de privilegio que siempre a gozado en el escalafón donde se encuadran los mejores cantaores. Desde muy pequeña quedó ciega refugiándose, como muchos invidentes, en la música. Poseedora de una espléndida voz y unas dotes innatas para cantar, lo hacía frecuentemente entre sus amistades. Su afición al cante le vino de escuchar al que ya era ídolo de multitudes, Niño de Marchena, sobre todo en aquellas colombianas que ella recrearía más tarde con su marido, el también cantaor Luquitas de Marchena. Eso, y la oportunidad que tuvo de cantar en un festival benéfico donde el público se le entregó, fue lo que la impulsó, pese a la oposición de sus padres, a dedicarse al cante. Eran los tiempos de la Ópera Flamenca y su ascensión a la cumbre del flamenco fue rápida. Su creación de los campanilleros caló tan profundamente en el público, que no era raro que la tuviera que repetir en cada actuación. Estos campanilleros los había cantado anteriormente Manuel Torre pero ella los hacía distintos, con menos jondura, pero más fáciles de llegar a todo tipo de público.
De todas formas, el cante de la Niña de la Puebla no se quedó en esas colombianas y campanilleros que tanto éxito tenían; Dolores no tardó en adquirir los conocimientos necesarios para con su voz y sus facultades, tocar otros palos más serios y profundos, como soleares y siguiriyas, ejecutándolos admirablemente bien. Aún hoy, con cerca de noventa años, en las raras ocasiones en que tanta, despierta una sincera admiración incluso en los aficionados más jóvenes que no la han conocido en sus mejores días de gloria.
Su cantaora, la que los hizo famosos, un hermoso himno navideño andaluz nos
dejó para siempre. Nos quedará su memoria y esos ya inmortales campanilleros.
Descanse en paz Dolores Jiménez Alcántara
La Niña de La Puebla
Dolores Jiménez Alcántara (La Puebla de Cazalla, Sevilla, 28 de julio de 1909-Málaga, 14 de junio de 1999), conocida artísticamente como La Niña de La Puebla, fue una de las más grandes cantaoras de flamenco y de copla andaluza.
Hija de un barbero aficionado al cante, Dolores Jiménez nació en La Puebla de Cazalla (Sevilla). Un colirio mal compuesto le hizo perder para siempre la vista a los tres días de nacer. Con ocho años comenzó a recibir enseñanza especial y musical. A los 20 años, acompañada de su guitarra, actuó en un festival en Morón de la Frontera (Sevilla). Su carrera se lanzó imparable. Pasó de la interpretación de estilos más ligeros, como las colombianas o los fandangos, a otros solemnes, como la seguiriya o la soleá. Según sus propias declaraciones decidió dedicarse al cante profesional cuando oyó cantar al Niño de Marchena.
Estuvo casada con otro notable cantaor, Luquitas de Marchena (Lucas Soto Martín, n. en Linares, 1913-1965). De este matrimonio nacieron otros dos conocidos artistas del folklore andaluz: Adelfa Soto y Pepe Soto.
Su gran triunfo llegó antes de la Guerra Civil española (1936-1939), pero fue después cuando La Niña de la Puebla llevó a cabo una actividad artística casi frenética, en gira continua por toda España hasta los años setenta, representando cada año un espectáculo distinto: Ópera flamenca (1947), Pasan las coplas (1947), El sentir de la copla (1950), Toros y cante (1951), Noche de coplas (1953), Así canta Andalucía (1954), Herencia de arte (1955), Noche Flamenca (1963), Fantasía Flamenca (1970)... A lo largo de toda su carrera profesional trabajó con figuras legendarias del arte flamenco: Manolo Sanlúcar, El Cojo de Huelva, Pepe Marchena, Manuel Vallejo, José Cepero, Juanito Valderrama, Niña de Antequera, Pepe Pinto, El Sevillano, Rafael Farina, El Carbonerillo, El Corruco de Algeciras, José Menese o Camarón de la Isla. En 1987, se retiró de las tablas tras actuar en la Cumbre Flamenca que se celebró en Madrid. Pero reapareció en los escenarios en 1995 y ya no los dejó hasta que la muerte le sorprendió cuatro años después. Su último espectáculo tuvo que terminarlo antes de tiempo por encontrarse mal.
Una semana después de su fallecimiento iba a recibir la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Uno de sus hijos manifestó cuál era el mayor deseo de su madre: ser recordada por la colombiana Serranía del Brasil, que cantaba junto a su marido, el también cantaor Luquitas de Marchena. Siempre será recordada por el sabor popular que supo imprimir a todas sus interpretaciones, en especial en su versión de Los Campanilleros, más ligera y popular que la de Manuel Torre.
La Niña de la Puebla destacó -aparte sus Campanilleros- en tonadillas, fandangos y malagueñas. Una cantaora de ritmo y compás, y en sus discos hay cantes por soleá, seguiriyas, malagueñas, villancicos, tarantas, granaínas, etc. Ha formado parte de las más importantes compañías de espectáculos flamencos. Residió durante muchos años en Málaga, ciudad en la que murió a causa de una hemorragia cerebral el día 14 de junio de 1999.
Obtenido de "http://es. wikipedia. org/wiki/La_Ni%C3%B1a_de_La_Pu ebla"
Como quiera que en unos días estaremos de vacaciones, os deseo que lo paséis bien y hasta la vuelta.
Hoy, aniversario del nacimiento de la gran Cantaora, "La Niña de la Puebla", quiero que la recordemos con su canción más popular, "Los Campanilleros".
***Los campanilleros***
(La niña de la Puebla)
En los pueblos (bis) de mi Andalucía
los campanilleros por la madrugá,
me despiertan con sus campanillas
y con las guitarras me hacen llorar, y empiezo a cantar
y al sentirme tos los pajarillos,
cantan en las ramas y se echan a volar.
Toas las flores (bis) del campo andaluz
al rayar el día llenas de rocío
lloran penas que yo estoy pasando
desde el primer día que te he conocido
porque en tu querer tengo puestos los cinco sentíos
y me vuelvo loca sin poderte ver.
Pajarillos (bis) que estáis en el campo
gozando el amor y la libertad
recordarle al hombre que quiero,
que venga a mi reja por la madrugá
que mi corazón se lo entrego al momento que llegue
cantando las penas que he pasao yo
PERFILES FLAMENCOS
Niña de la Puebla. Cantaora
Dolores Jiménez Alcántara
La Puebla de Cazalla. (Sevilla), 1909.
El nombre de Dolores Jiménez Alcántara puede que no le diga nada incluso a muchos buenos aficionados. Sin embargo, citar a la Niña de la Puebla levanta un gesto de respeto en todos ellos. Respeto, por otra parte bien merecido pues esta cantaora, más que ninguna otra, se ha ganado a pulso el lugar de privilegio que siempre a gozado en el escalafón donde se encuadran los mejores cantaores. Desde muy pequeña quedó ciega refugiándose, como muchos invidentes, en la música. Poseedora de una espléndida voz y unas dotes innatas para cantar, lo hacía frecuentemente entre sus amistades. Su afición al cante le vino de escuchar al que ya era ídolo de multitudes, Niño de Marchena, sobre todo en aquellas colombianas que ella recrearía más tarde con su marido, el también cantaor Luquitas de Marchena. Eso, y la oportunidad que tuvo de cantar en un festival benéfico donde el público se le entregó, fue lo que la impulsó, pese a la oposición de sus padres, a dedicarse al cante. Eran los tiempos de la Ópera Flamenca y su ascensión a la cumbre del flamenco fue rápida. Su creación de los campanilleros caló tan profundamente en el público, que no era raro que la tuviera que repetir en cada actuación. Estos campanilleros los había cantado anteriormente Manuel Torre pero ella los hacía distintos, con menos jondura, pero más fáciles de llegar a todo tipo de público.
De todas formas, el cante de la Niña de la Puebla no se quedó en esas colombianas y campanilleros que tanto éxito tenían; Dolores no tardó en adquirir los conocimientos necesarios para con su voz y sus facultades, tocar otros palos más serios y profundos, como soleares y siguiriyas, ejecutándolos admirablemente bien. Aún hoy, con cerca de noventa años, en las raras ocasiones en que tanta, despierta una sincera admiración incluso en los aficionados más jóvenes que no la han conocido en sus mejores días de gloria.
Su cantaora, la que los hizo famosos, un hermoso himno navideño andaluz nos
dejó para siempre. Nos quedará su memoria y esos ya inmortales campanilleros.
Descanse en paz Dolores Jiménez Alcántara
La Niña de La Puebla
Dolores Jiménez Alcántara (La Puebla de Cazalla, Sevilla, 28 de julio de 1909-Málaga, 14 de junio de 1999), conocida artísticamente como La Niña de La Puebla, fue una de las más grandes cantaoras de flamenco y de copla andaluza.
Hija de un barbero aficionado al cante, Dolores Jiménez nació en La Puebla de Cazalla (Sevilla). Un colirio mal compuesto le hizo perder para siempre la vista a los tres días de nacer. Con ocho años comenzó a recibir enseñanza especial y musical. A los 20 años, acompañada de su guitarra, actuó en un festival en Morón de la Frontera (Sevilla). Su carrera se lanzó imparable. Pasó de la interpretación de estilos más ligeros, como las colombianas o los fandangos, a otros solemnes, como la seguiriya o la soleá. Según sus propias declaraciones decidió dedicarse al cante profesional cuando oyó cantar al Niño de Marchena.
Estuvo casada con otro notable cantaor, Luquitas de Marchena (Lucas Soto Martín, n. en Linares, 1913-1965). De este matrimonio nacieron otros dos conocidos artistas del folklore andaluz: Adelfa Soto y Pepe Soto.
Su gran triunfo llegó antes de la Guerra Civil española (1936-1939), pero fue después cuando La Niña de la Puebla llevó a cabo una actividad artística casi frenética, en gira continua por toda España hasta los años setenta, representando cada año un espectáculo distinto: Ópera flamenca (1947), Pasan las coplas (1947), El sentir de la copla (1950), Toros y cante (1951), Noche de coplas (1953), Así canta Andalucía (1954), Herencia de arte (1955), Noche Flamenca (1963), Fantasía Flamenca (1970)... A lo largo de toda su carrera profesional trabajó con figuras legendarias del arte flamenco: Manolo Sanlúcar, El Cojo de Huelva, Pepe Marchena, Manuel Vallejo, José Cepero, Juanito Valderrama, Niña de Antequera, Pepe Pinto, El Sevillano, Rafael Farina, El Carbonerillo, El Corruco de Algeciras, José Menese o Camarón de la Isla. En 1987, se retiró de las tablas tras actuar en la Cumbre Flamenca que se celebró en Madrid. Pero reapareció en los escenarios en 1995 y ya no los dejó hasta que la muerte le sorprendió cuatro años después. Su último espectáculo tuvo que terminarlo antes de tiempo por encontrarse mal.
Una semana después de su fallecimiento iba a recibir la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Uno de sus hijos manifestó cuál era el mayor deseo de su madre: ser recordada por la colombiana Serranía del Brasil, que cantaba junto a su marido, el también cantaor Luquitas de Marchena. Siempre será recordada por el sabor popular que supo imprimir a todas sus interpretaciones, en especial en su versión de Los Campanilleros, más ligera y popular que la de Manuel Torre.
La Niña de la Puebla destacó -aparte sus Campanilleros- en tonadillas, fandangos y malagueñas. Una cantaora de ritmo y compás, y en sus discos hay cantes por soleá, seguiriyas, malagueñas, villancicos, tarantas, granaínas, etc. Ha formado parte de las más importantes compañías de espectáculos flamencos. Residió durante muchos años en Málaga, ciudad en la que murió a causa de una hemorragia cerebral el día 14 de junio de 1999.
Obtenido de "http://es. wikipedia. org/wiki/La_Ni%C3%B1a_de_La_Pu ebla"
Como quiera que en unos días estaremos de vacaciones, os deseo que lo paséis bien y hasta la vuelta.
gracias eufra 7 por este recuerdo a tan buena cantaora como fue y sigue siendo la niña de la puebla y digo sigue siendo porque para los que admirammos su arte no a muerto ya que sigue viva en el recuerdo y como no para mi su cancion mas popular es los campanilleros creo que no hay ni ha habido nadie que la cante como ella un saludo muy cordial
-castilleja-
-castilleja-