Situado en la
plaza de
Santa María, el templo actual fue construído en el siglo XVIII sobre una antigua
iglesia mudéjar. La
torre adosada a la
portada, cuyo diseño recuerda la Giralda de
Sevilla, tiene una ornamentación de azulejos del siglo XVIII. Las reformas realizadas tras el terremoto de Lisboa de 1755 fueron dirigidas por Pedro de Silva.