CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA LA
VIRGEN DEL ROSARIO
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Iglesía de
Santo Domingo y
San Pablo
La obra cumbre del rococó astigitano es el anónimo
retablo mayor de la capilla del Rosario, en la iglesia de San Pablo y Santo Domingo.
Aunque no existen datos sobre el artífice de esta impresionante obra, debió realizarse hacia 1761, año en el que se inauguró la capilla.
Un año antes se contrataron las
esculturas realizadas por Marcelino Roldán Serrallosa, trasladándose al templo para su solemne consagración.
Responde al tipo de retablo-camarín de planta ligeramente cóncava y estructurado en banco, cuerpo, tres
calles y ático.
La
calle central sirve de embocadura al camarín flanqueada por las imágenes de San Joaquín y
Santa Ana.
Las calles laterales están formadas mediante estípites desintegrados que albergan ángeles y el ático enlaza con la
cúpula de la capilla a través de un portentoso penacho.
El retablo puede considerarse como uno de los mejores ejemplos de la culminación del barroco sevillano destacando su desdibujada estructura con unos soportes-estípites repletos de rocalla al igual que todos los paramentos de la obra como se aprecia en el desestructurado ático calado en el que las formas se van desmoronando como si se tratase de una lava volcánica.
También es destacable el camarín de la Virgen con talla calada y en cierta medida bifronte ya que desde el camarín se ve su envés perfectamente terminado.
Las paredes del camarín se hallan recubiertas de boisseries con pinturas chinescas de fondo verde y ángeles que representan las Letanías Lauretanas.
La labor de talla de esta impresionante obra da sobrada muestra de la calidad y técnica de los maestros ecijanos.
La Virgen del Rosario es una imagen del circulo de Pedro Millán (siglo XVI), recientemente restaurada por María del
Valle Rodríguez Lucena (restauradora)