El
convento de la Visitación de
Santa Isabel (Madres Filipenses) se fundó en el último cuarto del siglo XVI, habiendo sido ocupado por diferentes congregaciones religiosas. Primitivamente fue un beaterio que en 1731 se unió a la congregación de monjas Mínimas, haciéndose estas cargo del convento. Más tarde, hacia 1855 y a causa de la exclaustración, las Mínimas abandonaron el convento, siendo este finalmente ocupado por las monjas filipenses, que lo habitan en la actualidad.
El
edificio consta de varios
patios reformados, una
capilla y una
iglesia. La iglesia consta de una sola nave con riquísima cubierta de alfarje, que puede fecharse en la segunda mitad del siglo XVI, en la época de la fundación. El resto del templo corresponde al siglo XVIII.
Destaca su rica
portada, la
torre de modelo triangular, típicamente ecijano y el
retablo mayor, éste último de estilo neoclásico. Tan importante como su
historia es el patrimonio que actualmente cobija en su interior. Destacan especialmente las obras relacionadas con Pedro Roldán. En el retablo principal de estilo neoclásico dedicado a la
Virgen de los Dolores, se conserva un relieve del genial
escultor barroco dedicado a la Visitación de Santa Isabel y que probablemente procedía del retablo que se concertó en 1698 con Cristóbal de Guadix. También al círculo roldanesco se atribuyen varias
esculturas de diferentes tipologías (Jesús Flagelado, Crucificado, Jesús Nazareno...).