A esta
plaza también se la conoce por la Plaza de la
Cruz, ya que en el centro hay una cruz de hierro forjado y a un lateral nos encontramos con la
Iglesia de la Cruz.
En la plaza se pueden ver bellas
fachadas de la época de esplendor de
Écija, así como su
monumento central de mármol a la cruz, de afiligranada forja.
La plaza está rodeada de naranjos y presidida por la episcopal Iglesia de Sta. Cruz, la
casa episcopal y otras
casas señoriales.