Vista desde La
Plaza de
San Blás con detalle del tronco de la morera que reinaba la plaza con su
sombra. En
verano de 2009 este
árbol, casi centenario, se cansó de soportar el peso de tan enormes ramas, cayendo en su parte. Hubo que ser talado casi desde raíz. Quedan en nuestros recuerdos las veces que de mozos nos subímos a sus ramas, jugueteando o recogiendo sus hojas para nuestros gusanos de seda...