En un oculto
valle de
Extremadura, olvidada y dichosa, tranquila y pura, entre olivares, se levanta una aldea, la de
Pallares.
Son sus
casas encantos de los sentidos, pequeñitas y bellas, como los
nidos que en los zarzales cuelgan las tortolillas y los pardales.
Alegre y sonrriente, pobre y bendita, se levanta en el centro la
santa ermita, parece, al verla, entre copos de
nieve,
nevada perla.
"RECUERDOS DE LA ALDEA" por Arturo Gazul
Soy de Pallares y por esas casualidades o causualidades
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