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EL SAUCEJO: Cuando en el pueblo se decía la fuente todos pensábamos...

Cuando en el pueblo se decía la fuente todos pensábamos en esta, de ella bebían (creo yo) 6 o7 mil personas allá por los años 50 y 60. Aquí se formaban unas colas en espiral, cántaro con cátaro que daba varias vueltas y según a que horas eran las muchachas (que aun no decíamos chicas) las encargadas de la tarea. No era raro que en la espera entre juegos y carreras algún cántaro acabara convertido en tiestos, o a causa de alguna discusión. Que por la tarde fueran ellas a la fuente seguro que sería por escapar de la casa o por ir al ojeo de los muchachos que a esas horas volvían al pueblo sobre mulos, pantalón de pana y camisa cruda, no sé si como hábito o uniforme y curtido por el sol. Y ellas con el cántaro en el cuadril que parecía que se iban a quebrar.
Son tantos los recuerdos que esta foto despierta en mi, que parece que pueda oír el pregón de los pescaderos y hasta oler los tejeringos (que no churros) que más buenos no los he comido.
Pepe.