Es un
pueblo muy tranquilo y bonito, sus
calles originales son peatonales, en medio de cada
calle hay plazoletas decoradas con
flores y sobre la que se puede apreciar un monolito con forma de bola recordando a las primeras plazoletas que existieron, es agradable dar un
paseo por el pueblo y
comer en una de sus
terrazas, platos típicos sevillanos.