Acabo de leer todos los mensajes de vuestro pueblo: Guadalema de los Quintero. Un bello pueblo si señor. Pequeñito, pero encantador. Yo soy del Torbiscal, aunque ya no vivamos allí casi nadie. Lo que fue El Torbiscal y lo que es hoy. Qué pena. Sin embargo, vosotros la gente de Guadalema habéis revitalizado vuestro pueblo y está precioso. Guardo un entrañable recuerdo de Guadalema. Por allí pasaba todos los días en el autobús de GARCíA, cuando estudiaba en Utrera, por los años 1980-1984. Conocí a paisanos vuestros: el hermano de Mari Pepa, la médica; también a la familia de la tienda junto a la farmacia. Todos muy buenas personas. Llevaba a mi madre a una peluquera. En fin, muchos recuerdos. Tenéis ahí a un torbiscaleño, Antonio Vidal, con el que me une una bonita amistad. Sabéis, que hoy están casados torbiscaleños y paisanos de Guadalema. Me enorgullezco de todo ello. Seguid manteniendo vuestro tan bello como lo está ahora, merece la pena.
Un saludo para todos de un antoguo torbiscaleño: Francisco Manuel Infante, el hijo de Antonio el Granjero.
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