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Ermita de La Concepción, HERRERA

Las obras de edificación de la ermita se iniciaron hacia el año 1732. En 1746 ya se hallaba cubierta y bendecida y se oficiaban misas en ella, y a finales de 1749 se acaba de terminar con el remate de una torre de espadaña a la que se le colocan dos campanas, conocidas en la antigüedad, en nuestro pueblo, como la gorda y la chica. La obra de la ermita fue costeada por medio de donativos por los moradores de Herrera. Situada en la plaza de España, fue saqueada, al igual que la Parroquia, en 1936. Se compone de dos naves cubiertas por bóveda de cañón, lunetos y copulitas. Las imágenes que allí se veneran son: Corazón de Jesús, Inmaculada, Virgen del Carmen, Cristo Crucificado, Virgen Milagrosa, María Auxiliadora, San José de la Montaña, Nuestra Señora del Rosario de Fátima, Santa Rita y Dulce Nombre de Jesús, todas ellas obras en serie y sin interés, excepto la Inmaculada que data del siglo XVII y fue traída a Herrera siendo párroco don Antonio Tineo Lara. Además de esta, también destaca la reciente incorporación de Nuestra Señora de Belén y de María, Aurora de la Resurrección, ambas obras del escultor pontanés Luis Sergio Torres Romero. A los pies de esta última se encuentra la pila bautismal en cuyo basamento se lee: Año 1692. Procede de la parroquia. El cáliz utilizado en esta iglesia fue donado por la condesa de Santa Teresa, Teresa de Jesús Cepeda Alcalde. A los pies del altar mayor, bajo su enlozado, existe una lápida con la siguiente inscripción: "Estas dos sepulturas son de Don Bartolomé García del Campo y Calderón, y Dª Catalina Muñoz Almagro Montero y Noe y sus herederos. Dun Mortui Sint. Requiescant In Pace. 1.748." Bajo la pilita de agua bendita, existe una sepultura de doña Isabel Calderón, viuda de D. Francisco López Carrillo, la cual se hizo enterrar en dicho lugar: "para que toda persona que entrare, en dicha Iglesia, pise mi sepultura y disperse si puediere ser el agua bendita. Año de 1.770."

En 1929, se le adosó, a la torre de espadaña, un reloj que fue comprado por el Ayuntamiento a la casa Roses Hermanos de Valencia. Fue pagado en plazos trimestrales de 750 pesetas y en precio total de 6000 pesetas, quedando como primer encargado del reloj don Fernando Onsolve Calvo. Desde finales del siglo XIX existía en el interior de la Parroquia de Santiago otro reloj que era el que marcaba oficialmente las horas en Herrera, estando como su primer encargado don Fernando Bascón Valdés, que estuvo hasta 1909, continuando en 1910 don Rafael Carmona Muñoz hasta 1929.
(Enero de 2025)