La presencia del hombre en estas tierras se remonta hasta la Edad del Bronce, aunque la fundación de la localidad se atribuye, según los distintos autores, a los fenicios (Lepriptza) y a los tartessios (Nebrissa). En sus orígenes fue un
puerto del Lacus Licustinus, bajo cuyas
aguas permanecían muchas de las tierras de marismas hoy existentes en el Bajo Guadalquivir.
En el siglo I a. C., los
romanos la llaman Veneria, en alusión a la abundante
caza mayor que proporcionaba esta región. Tras el oscuro paso de los visigodos, la población es reconstruida por los árabes.
En 1.249 se produce su conquista por las tropas cristianas de Fernando III, aunque los musulmanes todavía intentan recuperarla en 1.263 y en 1.340. En 1.924 se le concede el título de Ciudad.
El núcleo urbano se asienta sobre las laderas que rodean el cerro del
Castillo, con forma alargada en el sentido este-oeste. Está delimitado en tres de sus caras (sur, oeste y norte) por fuertes escarpados que imposibilitan la urbanización. El cerro constituye desde sus orígenes una vieja acrópolis fortificada. En la primera fase del dominio
romano se reutiliza la fortaleza existente, pero en la época imperial el núcleo comienza a crecer extramuros en la única dirección posible (el este), coincidente con el
camino de
Sevilla.
Durante la dominación musulmana se reutiliza la ciudad intramuros, se reconstruye la
muralla romana en todo su perímetro y se deforma la trama clásica, que adquiere la típica imagen árabe. El crecimiento extramuros se produce a partir del siglo XV, con la construcción junto a la
Puerta de Sevilla del
Barrio Nuevo. Pero la expansión moderna comienza en el siglo XVIII, urbanizando la
calle perpendicular a la puerta principal, desde la
Plaza del
Arco hacia el este (calle Corredera) y su paralela por el sur (actual calle Andrés Sánchez de Alba). Durante el siglo XIX, la actual Plaza de
España se constituye en centro de la ciudad moderna. Surgen de forma radial
calles frente a las tres
puertas de la ciudad histórica, al tiempo que se renueva la ciudad intramuros. A finales del XIX, se construye el ferrocarril al oeste del núcleo y en dirección norte-sur, constituyendo un límite al crecimiento urbano hacia la marisma.
En la primera mitad del siglo XX, se produce la colmatación de las manzanas originadas en los dos siglos anteriores por las calles radiales y sus correspondientes transversales. El crecimiento del área urbanizada es mínimo, sobre todo en comparación con el que se produce desde los años 50. A partir de entonces, el desarrollo se orienta sobre todo hacia el norte, siguiendo el camino que une la ciudad vieja con la
estación, y hacia el noreste, en los bordes de la salida a Sevilla. La tipología edificatoria es abierta, a base de bloques y promoción por polígonos (caso de la barriada Blas Infante). El único eje urbano de gran dimensión es la Avenida de
Andalucia, situada sobre el camino de la estación, y que da continuidad al eje norte-sur de la ciudad histórica.
Entre sus edificaciones de interés histórico
artístico destacan la
Iglesia Parroquial de
Santa María de la Oliva (siglo XIII), las
iglesias de Santa María de Jesús (siglo XVI), del
Convento de las Monjas Concepcionistas (siglo XVI) y de Santa María del Castillo (mudéjar), las
capillas de la Vera-
Cruz, de la Aurora y del
hospital de la Misericordia (siglo XVIII), el asilo de
San Andrés, los restos del Castillo, la Cilla del Cabildo, el
Ayuntamiento (neoclásico), la
Posada de la Concepción (siglo XVIII) y el
Monumento a Elio Antonio de Nebrija.
LEBRIJA: v. con ayunt. en la prov., aud. terr., c. g. y dióc. de Sevilla (10 leg.), part. jud. de Utrera (6), residencia de la subdelegación de marina del Tablazo del Guadalquivir, con
juzgado ecl., foráneo, adm. de rent. estancadas, que comprende también la v. de las Cabezas, de
correos y loterías, a la que está agregada
Trebujena.
SITUACIÓN Y CLIMA. Está sit. á 1/2 milla de distancia de la marina en una deliciosísima campiña, sobre varias colinas interrumpidas de cañadas, cuya desigualdad de superficie la hace muy vistosa interior y exteriormente, y facilita las corrientes de las aguas, sacándolas precipitadamente por 2 grandes arroyos que las alejan de la pobl. Goza de una atmósfera despejada,
cielo muy alegre y temperatura benigna. Su localidad entre altos cerros que á corta dist. forman sus horizontes, la defienden mucho de la fuerza de los vientos, especialmente del solano, que tanto molesta en los
pueblos limítrofes; y el calor que por las mismas causas debería ser excesivo, se templa extraordinariamente con el virazón, que raro dia falta en todo el estío. El viento que más reina es el N.; pero el más favorable a la vegetación y a la salud es el S. La proximidad de la marisma, donde casi siempre hay algunas aguas estancadas, y el uso frecuente de las carnes, que se han criado con los salitrosos pastos que la misma produce, ocasionan, especialmente en el estío y
otoño, calenturas intermitentes y afecciones cutáneas, siendo aún más frecuentes las pletóricas, por lo que se usan mucho las sangrías con evidente acierto.
CAMINOS, CORREOS. Tiene esta v. caminos cómodos, no solo de caballerías, sino de ruedas para Sevilla, Utrera, Jerez, Sanlúcar de Barrameda y las Cabezas; pero exceptuando el último, donde hay un
puente sobre el Salado, todos los demás son naturales, que sirven solo cuando están secos. Asi es que, para transitar durante el
invierno a la cap. de prov., o a los
puertos de la de
Cádiz, que son los puntos de más comunicación, es indispensable pasar a la
carretera general de Sevilla a Cádiz, que en una línea de 2 leg. corre por este térm. á la dist. de poco más de una leg. al E. de la pobl. En este trozo de camino está la venta llamada de la Vizcaína, muy capaz, aunque proporcionada solamente para la arriería y carretería: lo mismo debe decirse de otras dos más pequeñas en el sitio del Cuervo, donde también se halla la
casa de postas del mismo nombre, confinando ya con el térm. de Jerez. La correspondencia de la v. se cambia en el expresado punto del Cuervo por medio de un balijero destinado a este servicio, tres veces a la semana.
PRODUCCIONES. La principal riqueza es la cosecha de granos, tanto de cereales como de legumbres, de los que tiene siempre mucho sobrante que exporta á Cádiz y demás puertos inmediatos. Después sigue la de aceite, de la que debe decirse lo mismo, y la de vino, que cubre el consumo interior y estrae lo restante. Otro importante ramo de riqueza es la cria de toda clase de
ganados, aunque más reducida hoy que en los tiempos antiguos, y la cosecha de la grana kermes, que se coge con mucha abundancia en los
montes: tanto en estos como en la campiña hay mucha caza de conejos y liebres, y en las marismas fuera del
agua patos y ánsares. INDUSTRIA y
COMERCIO. Dos fáb. de jerga, cuya primera materia es la escelente lana basta que produce el
ganado de la villa; 8 alfarerías, 2 de ellas de loza basta aunque vidriada, y las demás que proveen de ladrillos, tejas y cántaros a las pobl. inmediatas; 1 fáb, de sombreros, 1 de jabón, otra de chocolate, otra de cordelería de pita y cáñamo, donde también se hacen esteras muy finas de junco superior, criado en el térm.: 10 lagares, 23
molinos de aceite y 1 de viento, inclusos los del térm., 2 harineros, 25 tahonas y 20
hornos de
pan cocer. El comercio se reduce a la importación de algunos comestibles y ropa, y la esportacion de vino, aceite, trigo, habas, garbanzos, lanas, cal y objetos de alfarería. El 10 de setiembre se celebra una
feria de ganados muy concurrida; y el tercer domingo de octubre una especie de velada, en la que se vende
fruta seca de la serranía de Ronda.
PORLACION RIQUEZA y CONTRIBUCIONES. Los datos oficiales le dan solo 1,407 vec., 6,271 alm., cuando tiene mucho más de 2,000 vec. y 8,000 alm., segun otras noticias, que quizá no digan la verdad, CAP. PROD. para contr. directas 20.171,167 reales; producto 605,135: para indirectas 7.270,800: producto 218,124. CONTR.: 233,611 rs. El PRESUPUESTO MUNICIPAL asciende a 48,813 rs. y se cubre con el producto de las
fincas y arbitrios del ayunt.
* Diccionario Geográfico - Estadístico - Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, Pascual Madoz.
Madrid, 1848.