Cristo adyacente en el patio de los naranjos de la Parroquia de la Oliva en su velatorio, acto que no se celebra en ningun otro sitio de España y en el que la Virgen de la Soledad tras acompañarlo desde la corredera descansa al lado de él, hasta que acabe el velatorio momento en el que la Virgen vuelve a la Parroquia de Santa Maria de Jesus con las luces de las ciudad apagadas y donde el unico resplando que hay es el de su candeleria.