Solo Tú, Victoria, puedes relucir así, como lo hicistes en tu besamano, aunque sea en un espacio reducido, aunque sea diferente el marco, pero no dejarás de sorprendernos incluso a los que te vemos todos los días y te tratamos al diario. Enhorabuena a todos los que hacen posible que nuestra Hermandad sea así, y vaya cada año cogiendo más importancia los cultos de ésta. ¡Viva la Humildad! ¡Viva la Victoria!