Soy de Lebrija y siempre que puedo, por que vivo fuera voy a las cruces con colegas, los cuales siempre quieren repetir. Esta claro que las cruces de ahora no son las de antaño, pero todo cambia, aún así siguen teniendo mucho encanto y no creo que se hayan convertido en un negocio lo único que ocurre es que algunas ponen sus barritas para vender comida y bebidas, a ellos les vienen bien y a tí si te quieres tomar un bocadillo y una habas, pués también.De todas formas hay todavia cruces donde te siguen ofraciendo tu vinito, tu caldito de puchero, y tus tortas por la mañana y si nó que nos lo digan a nosotros que nos ofrecieron gloria bendita y sin nada a cambio en la cruz del rincón el año pasado.Lo que hay que saber es buscar el ambiente y pasarlo bién y no ser un derrotista. ¡Viva Lebrija y sus cruces! ¡ hasta el dia, hasta el día..!