El
homenaje hecho por el
Ayuntamiento al Padre Carlos Guillena, dándole su nombre a una
calle es un gesto digno de elogio.
Personas así son las que merecen tener
calles a su nombre, pues hacen el bien a todos, sin tener en cuanta razones políticas, ni de raza ni de credo.
Carlitos, como le conocemos en el
pueblo, es un verdadero ejemplo de entrega de vida a los pobres y desfavorecidos.
Enhorabuena al Ayuntamiento en pleno por tener la grandeza de reconocer la enorme labor humanitaria de
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