La Virgen de las Mercedes
es el alma de Mairena
y en Ella tienen sus hijos
el bálsamo de sus penas.
No nos dejes, Madre mía
y apiadate de nosotros,
Tú, que eres la alegría,
cuando miramos tu rostro.
Quiero cantar y no puedo
tu belleza sin igual;
se me hace un nudo en el pecho
que no me deja cantar.
Reina de Mairena eres,
tus devotos te veneran
y te piden tus mercedes,
que de gracias estas llena.
¿Cómo podría, yo, Madre,
pintar tu carita hermosa?;
Ni pinceles ni palabras
pueden lograr esa cosa.
Tu no estas hecha por hombres;
ángeles te modelaron,
en Mairena te pusieron
y hasta ese altar te elevaron.
Y desde el altar presides
este pueblo de Mairena
que tiene en ti su consuelo
al ver tu cara hechicera.
es el alma de Mairena
y en Ella tienen sus hijos
el bálsamo de sus penas.
No nos dejes, Madre mía
y apiadate de nosotros,
Tú, que eres la alegría,
cuando miramos tu rostro.
Quiero cantar y no puedo
tu belleza sin igual;
se me hace un nudo en el pecho
que no me deja cantar.
Reina de Mairena eres,
tus devotos te veneran
y te piden tus mercedes,
que de gracias estas llena.
¿Cómo podría, yo, Madre,
pintar tu carita hermosa?;
Ni pinceles ni palabras
pueden lograr esa cosa.
Tu no estas hecha por hombres;
ángeles te modelaron,
en Mairena te pusieron
y hasta ese altar te elevaron.
Y desde el altar presides
este pueblo de Mairena
que tiene en ti su consuelo
al ver tu cara hechicera.