El segundo núcleo urbano más importante de
Dos Hermanas está constituido por el Distrito de Quinto (
Montequinto), cuyo nombre muestra el origen del mismo. Según los antecedentes históricos, por estos territorios discurría una antigua
vía romana, cuya quinta
piedra miliar o hito de distancia se encontraba aquí. Por esta razón, en las referencias geográficas
romanas se denominaba este lugar “Quintus ab urbe lapide” (Quinta piedra desde la ciudad), posiblemente como entidad de población o parada donde reponer fuerzas los caminantes.
Según testimonios de la época visigótica, existía en el lugar un núcleo de población, que conservó la religión y el culto cristiano bajo la denominación árabe. Hasta tal punto es así, que las crónicas de los historiadores árabes que recogen los acontecimientos que ocurrieron en el año 844 aluden a que en la
torre de la
iglesia que existía en Quinto se acechaba la marcha de los invasores normandos, que fueron derrotados en los
campos de Tablada.
Por documentos del siglo XIV, se tiene constancia de que parte de las tierras de la Hacienda de Quintos pertenecieron a las monjas de
San Clemente, cuyo
escudo y mención se conservan en un azulejo situado en uno de los accesos a la parte más antigua del actual
caserío. Otros propietarios antiguos fueron Pedro Fernández Cansino, Caballero Veinticuatro de
Sevilla y Pedro Enrique que vendió la
finca a su tía Catalina de Ribera. La
familia Ribera poseyó estas tierras durante varios siglos hasta que en 1840 las adquirió la familia Ibarra.
En 1969, la finca rústica deja de serlo, con lo que se produce un cambio en la orientación de Quinto. Así, se aprueba un Plan Parcial de Ordenación denominado “Hacienda Grande de Quinto”, promovido por una serie de propietarios de tierras en la zona, que da lugar al nacimiento de la actual población. El referido Plan proyectaba la construcción de 17.000 viviendas, acometiéndose de inmediato la ejecución de las obras, que en estas primeras fases se desarrollaban a través de la empresa “Huartquin, S. A.”. Así se construyeron los primeros bloques, caracterizados por haberse utilizado en los mismos elementos prefabricados de hormigón.
Con la revisión del planeamiento urbanístico de Dos Hermanas por las corporaciones elegidas a partir de la Constitución de 1978, el planeamiento de Quinto se adapta a las nuevas circunstancias de la legislación y a las necesidades de los tiempos. De este modo, el número de viviendas inicialmente prevista se reduce sustancialmente y comienzan a aparecer construcciones de menos altura y con más espacios abiertos. En esa situación nos encontramos en la actualidad.