Los orígenes de la ciudad se remontan a la prehistoria, con el desarrollo de los primeros asentamientos humanos en torno al monte donde hoy se sitúa un castillo del siglo xiii. Por este motivo y por su accidentada orografía, el casco histórico está compuesto por calles angostas, sinuosas y empinadas, mientras que los nuevos barrios buscan la llanura propia de la campiña hacia el oeste y noroeste de la ciudad. Parte del patrimonio arquitectónico de Morón de la Frontera está declarado bien de interés cultural, con la categoría de conjunto histórico-artístico