La
iglesia se organiza según una planta de
salón con proporción dupla, (la longitud total igual al doble de la anchura), que se muestra con mayor amplitud en su nave central y en el crucero. El presbiterio se prolonga en profundidad y se crea una segunda nave transversal paralela a la de los brazos del crucero. Finalmente, se cierra con un testero plano, donde se insertan la
capilla sacramental y la sacristía flanqueando al presbiterio.