Morón permaneció en manos de dicha orden hasta 1378, cuando regresó nuevamente a la corona durante el reinado de Enrique II. Tras años en posesión de la corona y de la Orden de Alcántara, en 1461 Morón pasó a pertenecer a la
Casa de Téllez-Girón, quienes ejercieron la jurisdicción en la villa sevillana hasta la abolición de los señoríos. El siglo xvi marcó un período de gran prosperidad para el
pueblo de Morón, y así lo denotan las numerosas obras públicas acometidas en esa época.