"Seamos críticos ante quienes invocan el nombre de Dios para justificar el terrorismo, las guerras, los sistemas explotadores de los pobres, los totalitarismos inhumanos, las represiones indebidas. De igual manera, sepamos discernir los hechos reales, no los discursos, de quienes invocan a Cristo para implantar sistemas distintos u opuestos. Jesús es muy claro: “No todo el que me llame ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial” (Mt 7, 21). Y la voluntad de Dios Padre es la justicia, la opción por los pobres, el amor mutuo; no los insultos, la vanidad, el poner la confianza en los recursos económicos, la obstrucción de la justa libertad".IGLESIA ECUMENICA DEL ECUADOR.