APUNTES SOBRE ECUMENISMO:
El movimiento ecuménico nació en el seno de la Iglesia Anglicana (Iglesia de Inglaterra). Allí en Canterbury y luego en Estados Unidos, los anglicanos tradicionalistas crearon esta forma de hermandad, para buscar de cierta manera la unidad de la Iglesia. Los grupos protestantes vieron una nueva forma de agrupar las ideas y las convivencias y por último llegó a Roma donde se volvió sólo pantalla. En sí el movimiento ecuménico no ha servido para nada. Cada vez que hay un encuentro, quien convoca aspira a tener la mejor tajada de la reunión y quiere aparecer como el salvador de la Iglesia.
Creo que las iglesias y las mismas denominaciones no debemos gastar tiempo en estos movimientos. La mejor forma de buscar la unidad y la fraternidad, es trabajar en sencillez y con hechos de justicia y de amor. Ningún movimiento va a cambiar la corrupción de la Iglesia ni los desvios de los hombres. Un corazón limpio y puro nos llevará a entender a todos y cuando suceda el milagro, todos nos sentaremos a la misma mesa pero ya no para discutir temas o agendas sino para saber que sólo hay un Dios y que ese es para todos. El hizo que el sol alumbre sobre buenos y malos. Reciban mi saludo. Nuestra Iglesia no apoyará el ecumenismo y nada que se parezca a ese movimiento contrario a la verdad. + Leonardo Marin-Saavedra.
El movimiento ecuménico nació en el seno de la Iglesia Anglicana (Iglesia de Inglaterra). Allí en Canterbury y luego en Estados Unidos, los anglicanos tradicionalistas crearon esta forma de hermandad, para buscar de cierta manera la unidad de la Iglesia. Los grupos protestantes vieron una nueva forma de agrupar las ideas y las convivencias y por último llegó a Roma donde se volvió sólo pantalla. En sí el movimiento ecuménico no ha servido para nada. Cada vez que hay un encuentro, quien convoca aspira a tener la mejor tajada de la reunión y quiere aparecer como el salvador de la Iglesia.
Creo que las iglesias y las mismas denominaciones no debemos gastar tiempo en estos movimientos. La mejor forma de buscar la unidad y la fraternidad, es trabajar en sencillez y con hechos de justicia y de amor. Ningún movimiento va a cambiar la corrupción de la Iglesia ni los desvios de los hombres. Un corazón limpio y puro nos llevará a entender a todos y cuando suceda el milagro, todos nos sentaremos a la misma mesa pero ya no para discutir temas o agendas sino para saber que sólo hay un Dios y que ese es para todos. El hizo que el sol alumbre sobre buenos y malos. Reciban mi saludo. Nuestra Iglesia no apoyará el ecumenismo y nada que se parezca a ese movimiento contrario a la verdad. + Leonardo Marin-Saavedra.