En dos ocasiones he visitado Pruna y tengo un hermoso recuerdo de este pueblo. Recuerdo a un maestro llamado Miguel y a Eugenia, que nos acompañó a mi mujer y a mí a Sevilla cuando la Expo. Conocí Pruna por un intercambio escolar y volví después. Una de las cosas más bonitas de Pruna es la vista que hay del pueblo desde el castillo (... parece una paloma...., me dijo un niño de allí que nos acompañó en la subida. Recuerdo un anís, fortísimo, con nombre de torero que se destilaba allí. Recuerdo unas "cabrillas" riquísimas en un bar envuelto en vapores de marihuana.... En cuanto pueda, vuelvo.
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