De orígenes prehistóricos, se quiere identificar el lugar con el conocido en época
romana como "Pesula". Actualmente pueden verse algunos cipos funerarios de estos tiempos utilizados como marmolillos en sus
calles.
Los
romanos fundan una localidad denominada Pésula, que llega a alcanzar bastante importancia. El lugar decae en tiempos de los visigodos hasta llegar a desaparecer como población. Sobre las
ruinas de Pésula, los musulmanes establecen en el siglo VIII una alquería dedicada a las faenas agrícolas y ganaderas, que poco a poco acoge nuevos
caseríos hasta llegar a formar una población. Tras la conquista cristiana, que se produce a mediados del siglo XIII, la aldea empieza a ser conocida como
Salteras. Su término pertenece en su mayor parte al cabildo municipal hispalense. En 1443 es considerada "
calle, guarda y collación de
Sevilla", privilegio otorgado por el rey Juan II de Castilla, que le concede fueros y franquicias propias.
En tiempos de la invasión y dominación musulmana, no pasó de ser una "alquería árabe" como otros muchos
pueblos del Aljarafeque fue engrosándose con nuevos caseríos hasta formar la villa, y que el rey conquistador repartió entre su corte guerrera.
En el siglo XVII, fue repoblada por el caballero sevillano D. Juan Federigui, que adquirió este lugar.
En el año 1640 fue considerada como "guarda" y "collación de Sevilla" y Juan II le concedió fueros y franquicias propias.