He vivido casi toda mi vida en este lugar; llegué a detestar muchas cosas implícitas (como el ruido de moterilos de verano). Ahora echo mucho de menos a los vecinos y al buen rollo que había. An abrazo a Pili, Salud, Agustina, Mercedes, y a todos los que seguís por alli. Por cierto, ¿nadie abre el chiringo para tomar una cervecita?