En torno a 1067 la fortaleza es conquistada por Sancho Ramírez (hijo de Ramiro I) y se convierte en
castillo cristiano -"Castrum Alqueçaris"- frente a los musulmanes, constituyéndose en punto clave para posteriores etapas de la Reconquista. Se dotó la fortaleza con guarniciones
militares asistidas por una comunidad agustiniana. En 1099, se consagró como
capilla real la
iglesia de
Santa María.