Yo conocí y tuve mucha
amistad con la fundadora de este
refugio de paz y belleza, Agnes, una mujer que también estaba llena de paz y belleza y que hace unos años nos dejó.
El lugar es precioso y las sensaciones que produce inolvidables, hay que estar allí y descubrir que no es una
casa rural más, es un hogar para el visitante, he pasado alguna
noche vieja recibiendo el año nuevo con gente fantástica y escuchando las campanadas en una radio, durmiendo en la habitacion del lama, disfrute de días
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