Es el espacio destinado al comercio, donde se situaban y se sitúan todavía hoy los puestos de los hortelanos con sus productos. Tiene la estructura tradicional de plaza porticada aragonesa, con la sucesión de porches de diversa factura para guarecerse de la lluvia durante los días de climatología adversa. Lugar de encuentro, sobre todo los sábados por la mañana, cuando se llena de gentes y productos de la variada huerta del río Vero.
Dentro de esta plaza encontramos la capilla de Santa Ana, la casa Calonge y la casa natal de San José María Escrivá de Balaguer.
Dentro de esta plaza encontramos la capilla de Santa Ana, la casa Calonge y la casa natal de San José María Escrivá de Balaguer.