Hace ya de esto cuarenta o cincuenta años, las
casas se iban quedando vacias, los
campos yermos y las
cuadras limpias por falta de animales que las ensuciaran.
Era el cambio social, la industrialización, el capitalismo o como diablos queramos llamarlo. Pero sobre todo era la tristeza de abandonar tu vida, la de tus antepasados y lo más triste era que no les dejaban otra opción. Sí, por lo menos, hubieran podido elegir.
Los
pueblos se quedaban aislados, no había luz, no tenian accesos, falta de
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