![Vista de Boltaña](/fotos_reducidas/5/7/7/00872577.jpg)
A la llegada al territorio de los
romanos, la villa era la capital de la llamada Boletania, lo que parece ser el antecedente etimológico del nombre actual. Sin embargo, el núcleo de población se encontraba en el paso entre el actual
castillo de
Boltaña y el
río Ara, recibiendo de los romanos el nombre de Municipium Boletanum.
El castillo es de origen árabe, emplazado en la cima del llamado
monte de
San Martín, y su existencia está atestiguada ya en el reinado de Sancho Ramírez de
Aragón, que confió su custodia a Jimeno Garcés para hacer frente a las incursiones musulmanas en el Sobrarbe.
Antes de la conquista cristiana, Boltaña era únicamente una fortaleza desde la que los musulmanes impedían el avance cristiano por la
cuenca del río Ara, y se tiene constancia de que Abderramán III nombró como gobernador del lugar a Amrus ibn Muhammad. Se desconoce la fecha exacta en que tuvo lugar la reconquista cristiana, pero se sabe que en el año 941 el rey de Pamplona García Sánchez I de
Navarra contaba a la villa de Boltaña entre sus posesiones.
En el siglo XI, durante el reinado de Sancho Garcés III de Navarra, la
plaza de Boltaña estuvo a cargo de so sobrino Jimeno Garcés (desde 1028 hasta 1031); y de Sancho Galíndez entre 1036 y 1080, bajo el reinado de Ramiro I de Aragón. Esto nos da una idea de la importancia estratégica que en esos momentos poseía Boltaña.
Durante el siglo XII, a diferencia de lo acontecido durante el siglo anterior, Boltaña pierde importancia en favor de
Aínsa, que ya había sido conquistada por el reino de Aragón, especialmente después de la concesión a la misma de una carta puebla en 1124 por parte del rey Alfonso I de Aragón, El Batallador. Durante los siglos posteriores, se acentuó el proceso de constante decadencia de Boltaña frente a Aínsa, hasta el punto de que llegó un momento en que, jurídicamente, Boltaña pasó a ser considerada una mera dependencia o aldea de Aínsa.
En 1430 se concedió el señorío de Boltaña a Juan de Bardají, pero tras la oposición de los infanzones del lugar el rey Alfonso V de Aragón revocó la concesión y los derechos revirtieron a la Corona de Aragón.