En esos
jardines de la
foto del
Balneario de
Camporrells, pasábamos las
noches estivales de nuestra
juventud en interminables timbas (muy inocentes, claro está, por nuestros escasos recursos, pero, no por ello menos emocionantes). Bajo la delicia de frescura de los enormes
árboles del cuidado
jardin pasaba el tiempo volando y los billetes palomino-vergara de unas manos a otras. Esa expresión de palomino vergara tiene un autor muy singular ¿alguien lo recuerda?