Este antiquísimo casstillo y el de Canelles de mayor embergadura y porte fué donado por Ramon Berenguer que los reconquistó a los moros, a su esposa Almodis de la Marca. La princesa Almodis que nunca ostentara este título, ni por nacimiento ni por adopción, adquirió el rango principesco por la grandiosa huella que dejó a su paso. Es el personaje más fascinante de todos los reinos cristianos de la Alta Edad Media. En el
Castillo de Canelles pasó largas temporadas, huyendo de las insoportables rencillas
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