Camporrells no siempre fué literano. Antes se recogió en la Sobrecullida de Ribagorza en el censo del año 1495 contaba con veinticinco fuegos, a cuyo frente figuraban como Bayle Bertoholomeu Almenar y los Jurados Ramón Morales y Domingo Reymoner, y un Escudero o infanzón llamado García Morales, siendo los apellidos del resto de los vecinos los de Arnau, Badía, Castellsenz, Escola, Escorrer, Felip, Ferrer, Figuerola, Macarito, Mancho, Najan, pedra, pequera, piker, Punyet, Sperandeu, Serra y Vidal, más un carnicero que decían era de Cataluña y servía hasta al cuaresma. El agregado de Miravet se hallaba entonces ya deshabitado y se hace la advertencia de que un labrador dijo que no había casa ninguna sino todo derrocado el castillo, la Iglesia sola estaba sana y cerrada... (este santuario románico con el título de San Jaime fue la parroquial el poblado, que se extinguió al trasladarse sus moradores a Camporrells, con motivo de una epidemia). De los 25 vecinos se pasó al doble ó 50 en 1713, que se mantuvieron hasta 1797 en que se censaban 160. En 1857 eran 970 sus habitantes, 923 en 1900, 510 en 1950 y poco más de 350 en el final del siglo XX.