A pocos kilómetros de la frontera con
Francia se levanta majestuosa la
Estación de
Canfranc. Cuando se inauguró, el 18 de julio de 1928, era la segunda más grande de Europa.
Su
historia se remonta a 1853, cuando un grupo de aragoneses vinculados a la Real Sociedad Económica de
Amigos del País solicitó la construcción del ferrocarril a Francia
vía Canfranc. El ingeniero alicantino Fernando Ramírez Dampierre diseñó el espectacular
edificio modernista de 241 metros de longitud, con 150
puertas de acceso y cerca de 350
ventanas.
El elegante edificio, ubicado entre las imponentes
montañas pirenaicas, recibía a los viajeros que llegaban a
España con
hotel,
casino, aduana… Fue escenario decisivo durante la II Guerra Mundial, como punto de paso de oro, obras de
arte robadas y de judíos huidos.
Tras el cierre de la línea en Francia en 1970, vinieron décadas de abandono, pero en la actualidad su recuperación avanza por buen
camino. Gracias a las visitas guiadas, organizadas desde la oficina de turismo de Canfranc, y a otras iniciativas, puedes asomarte al
monumental conjunto y a su historia, a la vez que gozas del espectacular entorno natural que la rodea.