Estuve en 2003 con mi mujer y los niños en
Samitier, en "La Abadía" y fue fantástico. La
casa rural, en el interior del
pueblo abandonado y con alguna de sus
casas habitadas, es maravillosa. Cocina estupenda, habitaciones de muy buen gusto y familiar con
chimeneas, cuarto de estar y
jardín preciosos. El trato de sus dueños inmejorable (cariñosos y amables en todo momento). Todo pulcrísimo. Además los precios estupendos. Los alrededores son de ensueño. Tienen en la entrada del pueblo, en la plazuca,
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