Este es un lugar maravilloso en el que viví los mejores momentos de mi infancia y mi adolescencia. Si alguien quiere saber por qué merece la pena visitar los pirineos puede ir a Grist (Eriste), hablar con su gente, Sentarse en un prado de su pantano y mirar las montañas. Entonces sentirá la vida de una manera diferente. Porque este es un lugar para sentir la vida, vivirla, disfrutarla, olvidar el trabajo, el estrés, para amar y para recordar siempre. Sin duda, hay que ir a Eriste.