Sentir nostalgia del lugar donde se nació es una necesidad del alma. Cuando se tiene buen corazón y los sentimientos son sinceros:necesitamos exteriorizarlos.
Recordar el pueblo donde comenzamos a captar todos los sonidos y colores de la vida es una bonita manera de revivir aquellos tiempos. Santa Olaria, como otros muchos pueblos del Pirineo, y de otras comarcas, necesitan sentir nuestra nostalgia para seguir viviendo.
¡ánimo amigo saquemos del olvido nuestras raíces!
[GoogleBarVIP= 3]. Santa Olaraia de Ara y en primer plano el pajar y la era de Ferrer. Singular y bello rincón del Pirineo en el cual tuve la dicha de nacer, ahora desde la distancia en el espacio y en el tiempo la nostalgia aflora y los recuerdos se idealizan todavía mas; esperemos que un día no lejano, este lugar casi deshabitado, pueda salir del silencio impuesto y recuperar la vitalidad perdida hace casi cuarenta años.
L. Lacasa.