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FRAGA: Época cristiana....

Época cristiana.

La villa de Fraga tras su reconquista por el Conde de Pallars Jussá Arnal Mir se convertiría en un mosaico de culturas, conviviendo pacíficamente judíos, musulmanes y cristianos.
Los judíos de Fraga pertenecían a la Colecta de Larida (Lérida) hasta el 1294 que pasaron a depender del conde de Montcada y tras la muerte del conde en 1328 se unirían a la colecta de Wasca (Huesca) para pagar sus impuestos reales.
Tras la conquista de Lérida el obispado de Roda-Barbastro se traslada a Lérida y se llamaría Lérida-Roda durante algún tiempo. Todos estos territorios dependían del Obispo de Roda además de las nuevas conquistas como Fraga pasan a depender eclesiásticamente de Lérida en 1149. Esta situación se mantuvo a lo largo de los siglos hasta el 1995 que las parroquias aragonesas pasan a depender de las diócesis aragonesas y en el caso de Fraga del Obispado de Barbastro-Monzón.
Este cambio provoco una polémica respecto al Patrimonio cultural en referencia a los tesoros artísticos e históricos de las parroquias aragonesas que se encuentran en el Museo Diocesano de Lérida.
La Orden de los Templarios se estableció en la zona y ocuparían el castillo y algunas haciendas locales.
El rey Alfonso I El Batallador, quien fracaso en su matrimonio con la reina castellana Urraca hija del rey Alfonso VI, no tuvo descendencia y por tal motivo tras su muerte hizo herederas de sus reinos a las Órdenes militares, pero nadie pensó en cumplir dicho testamento y los nobles aragoneses, reunidos en Jaca reconocieron a su hermano Ramiro II El Monje como rey. y los navarros eligieron a García Ramírez, que origino la separación del Reino de Navarra.
En 1137 Ramiro II El Monje pactó los esponsales de su hija Petronila de Aragón, con Ramón Berenguer IV de Barcelona. El hijo de ambos Alfonso II, fue el primer rey que heredo los títulos de rey de Aragón y conde de Barcelona.
El momento de mayor extensión territorial del Reino de Aragón estaba integrado por los territorios que hoy forman la Comunidad Autónoma de Aragón, más una gran parte de la provincia de Lérida, una franja importante del valle del Ebro hasta el mar con Tortosa como principal ciudad costera, y el norte de la actual provincia de Castellón.
Los condados catalanes, conseguían situar en medio un aliado contra un enemigo potencial como era el Reino de Castilla, y un aliado al lado contra otro enemigo potencial, el Reino de Francia. De este matrimonio entre Petronila y Ramón Berenguer IV nació Alfonso II, que heredaría ambos territorios
. Alfonso II (1164–1196), es considerado como el primer monarca de la Corona de Aragón así instituida, que conservaría la denominación del primitivo reino de Aragón formado en los Pirineos.
Alfonso II seria el monarca que se liberaría del vasallaje que, por las tierras conquistadas durante el reinado de Alfonso I, debían los monarcas aragoneses al rey de Castilla.
Jaime I el Conquistador (1213–1275), agregó a su corona los reinos de Mallorca y Valencia. Al conquistar la Taifa valenciana, el rey concluía las conquistas aragonesas en la Península, ratificando en el año 1244 el Tratado de Almizra, donde se establecían los límites de expansión de cada monarquía y dejaba el reino de Murcia dentro de la órbita castellana; a la vez que renunciaba a sus derechos en el sur de Francia en el Tratado de Corbeil (1258).
La Corona aragonesa comprometida por el comercio y titular de las Islas Baleares tratara en adelante su expansión mediterránea como una aventura imperialista que heredaría después la monarquía española.
La ocupación del reino de Valencia introdujo en la sociedad cristiana una gran diversidad étnico-religiosa, sustrato de futuros conflictos sociales y culturales.
Jaime I tolero a través sus capitulaciones que una parte de los musulmanes permanecieran en los territorios recién adquiridos
Su hijo y sucesor. Pedro III el Grande (1276–1285), fue depositario, por p su esposa Constanza, de derechos sobre la Italia meridional, y tras la muerte de su suegro Manfredo, rey de Sicilia aprovechó las llamadas “Vísperas sicilianas” (1282) para adueñarse de Sicilia e iniciar una pujante política de expansión marítima de la Corona de Aragón, que respondía perfectamente a los intereses mercantiles de los navegantes catalanes en las costas del Mediterráneo.
En las Cortes de Egea (1265) se configuró jurídicamente una de las figuras más singulares de Aragón: el cargo del Justicia Mayor, que con el tiempo tendría autoridad incluso sobre el rey en la aplicación de los Fueros de Aragón.
Tras la muerte del rey Pedro III su sucesor Jaime II (1291–1327) demostró una gran habilidad política consiguiendo la investidura de Córcega y Cerdeña.
Intervino con un ejército que se doto de mercenarios almogávares en los asuntos del Imperio bizantino, apoderándose de los ducados de Atenas y Neopatria, que fueron aragoneses hasta 1388.
Cuando falleció sin sucesión directa el rey Martín el Humano (1395–1410), y después de un periodo de casi dos años de interregno los representantes parlamentarios de Aragón, Valencia y Cataluña arbitraron un original procedimiento electivo que se conocería como el Compromiso de Caspe en 1412, donde designaron como nuevo monarca a Fernando I (1412-1416), miembro de la dinastía castellana de los Trastámara.
Seguiría la expansión aragonesa y su rey Alfonso V el Magnánimo (1416–1458) llevó a su apogeo la hegemonía aragonesa en el Mediterráneo Central; conquistando el reino de Nápoles, que se convertiría en árbitro del mosaico político italiano de su época e intentó, por otra parte, frenar el avance de los turcos otomanos en el sureste. de Europa.
Su hijo Juan II (1458–1479), casado por su primer matrimonio con Blanca de Navarra, también rey de Navarra, pudo vencer, tras largos años de Guerra civil, una violenta rebelión en Cataluña, que puso en peligro la unidad de la Corona de Aragón durante un periodo de crisis económica y de graves convulsiones sociales pero las Capitulaciones firmadas en Pedralbes en 1472 lograron pacificar los reinos.
Tuvo que abandonar los condados del Rosellón y la Cerdaña a favor de la monarquía francesa, pero sentó las bases de la futura monarquía española al casar en 1469 a su hijo Fernando, rey de Sicilia desde 1468, con la heredera de Castilla Isabel de Trastamara..

Edad Moderna.

Fernando II (1479 -1516) casó con Isabel I de Castilla siendo declarados por el Papa Alejandro VI los Reyes Católicos y fundaron España. El nieto de ambos, Carlos I, heredó ambas coronas, pero manteniendo cada una sus propias leyes y costumbres.
Durante la Edad Moderna la expulsión de los moriscos en 1610 tuvo una afectación importante en la economía de Fraga.
Durante el período de presencia musulmana en España los moriscos habían sido una parte muy importante de la población y la expulsión coincide con la presencia de la Orden Trinitaria en 1550 y de la Orden de San Agustín del 1615.
Felipe IV en persona se alojó en Fraga durante la Guerra de los Segadors en 1640 y durante esta etapa le acompañaba Velázquez que pintaba el retrato del rey (conocido como Felipe IV de Fraga) que pertenece a la Colección de Frick de Nueva York y el retrato de un enano de la Corte llamado Diego de Acedo El Primo.
En 1700, con la muerte de Carlos II El Hechizado, fue proclamado rey de Castilla y de Aragón Felipe de Anjou, lo que provocó la Guerra de Sucesión Española.
Llegaba la monarquía borbónica durante la Guerra de Sucesión española, la ciudad cambió de bando en diversas ocasiones por permanecer leal a Felipe V recibió los títulos de Ciudad “vencedora y fidelísima” en 1710, además de añadirle la flor de lis a su escudo.
También recibieron otros privilegios como el otorgamiento de celebración de dos ferias francas en 1710; el que no pudieran ser confiscados los bienes de los vecinos de la ciudad sino por crimen de lesa majestad, robos y homicidios y voto en Cortes con preferencia de las demás ciudades excepto Zaragoza, Tarragona y Jaén.
. Durante la Guerra de Sucesión, Aragón (al igual que el resto de territorios de la Corona: Cataluña, Valencia y Mallorca) apoyó al archiduque Carlos (de la casa de Austria) frente a Felipe V (de los Borbones).
Tras la batalla de Almansa (1707), Felipe V abolió los fueros aragoneses, adoptó varias medidas centralistas y fueron anuladas todas las antiguas disposiciones políticas del reino (Decretos de Nueva Planta).
Aragón se convirtió en la práctica en una provincia y su Consejo fue absorbido por el Consejo de Castilla.
Fraga fue saqueada en varias ocasiones cuando el Corpus de Sangre en 1640, en la Guerra de Sucesión, en la Guerra de la Independencia por los franceses y en la Guerra Civil (1936-1939).