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Diario del Altoaragón 13 de Febrero de 2007

“Mi paleta de colores es el propio cuadro”

María José Chinestra, pintora, expone su obra en la sala de la CAI
La pintura es su vida. Para esta catalana afincada en Huesca desde hace más de una década, coger la paleta de colores y ponerse delante de un lienzo es “una terapia”. Para María José Chinestra pintar “es como un estrictis”, en el que desnuda su alma y expresa lo que siente. Está convencida de que todos tenemos un arte escondido y que sólo debemos de “saber buscarlo”. Ella lo ha encontrado, vive por y para la pintura, y estos días lo comparte con los oscenses a través de una exposición en Caja Inmaculada.
El gusto por el arte le viene de familia. Siempre ha estado dando clases de pintura. Ha pasado por talleres de diferentes artistas de los que ha aprendido a encontrar su camino. Un camino que María José Chinestra recorre entendiendo la pintura como “una terapia”; es decir “como un espacio que encuentras para tí”, y pintar es “como un estrictis, como si te desnudaras”. De hecho, la gente que la conoce al mirar sus cuadros “sabe mi estado de ánimo”.
Su trayectoria viene marcada por el paso del realismo hacia la abstracción, aunque por el momento sin llegar a ella. En sus comienzos era “más realista e intentaba que lo que pintaba le gustase a la gente, pero con el tiempo te vuelves más egoísta. Te interesa más que te guste a tí a que les pueda gustar a los demás”.

María José empezó pintando en Huesca, pero tras un tiempo trasladó sus pinceles y telas a F R U L A.
Conoció los Monegros y descubrió que “me seducen un montón”, así que fijó allí su espacio para evadirse.
La paz que le da el paisaje monegrino contrasta “con la violencia que uno puede encontrar en determinados colores”, algo fundamental en su obra y, “aunque a veces me hacen críticas porque me puedo pasar con el color, no puede evitar la tendencia a los tonos fuertes”. En esa paleta intensa y extensa de María José Chinestra hay un color, “el violeta, que siempre está, antes más pausadamente y ahora tiene mayor presencia”. En cualquier caso, al hablar de colorido, esta artista asegura que “mi paleta es el propio cuadro”.
A la hora de iniciar una obra es disciplinada. Surge la idea, hace el proyecto y se pone delante de la tela. El tiempo que le dedica es imprevisible. “Un cuadro te puede costar tres días o tres meses, y hasta puedes castigarlo y volver a retomarlo después de un tiempo”. Pero colgarlo, no significa que esté terminado porque “un cuadro nunca se da por acabado, lo terminas porque lo tienes que hacer”.
Para María José Chinestra “pintar es interesante porque sacas mucho”, y en su caso lo comparte con sus alumnos y con otros artistas, ya que pertenece a la Asociación de Artistas Figurativos de Aragón (ADAFA), a Arte Monegros y a Artemisia, colectivos “que me ayudan a seguir trabajando y con los que me siento a gusto”.