Según la
tradición, la
casa más antigua es la de Rins, y el dueño de ella estaba tan orgulloso de su casa que en una ocasión le dijo al amo de casa Tardán ¡Eres menos que un grano de mijo!. Evidentemente éste se ofendió y le respondió que: ¡Éste grano de mijo te va a construir un
árbol delante de tu casa que no te dejará ver el sol!.
De este modo, al poco tiempo cumplió su palabra y levantó la
Torre del Tardán delante de Casa Rins, y todavía hoy se recuerda aquel hecho en la localidad mirando ambas construcciones desde la parte alta de la población.