En el 2003 tuve la oportunidad de conocer Graus; ...el olor de sus calles, el reir de su gente, sus fiestas, ... Quedé enamorada de ese maravilloso pueblo. Dudo que algun día pueda volver, pues ya no hay nadie que me ate allí, pero su esencia la llevaré SIEMPRE en mi corazón... El recuerdo agridulce de mi estancia en Graus me acompañará toda la vida... Un sabor agrio por la tristeza de no "poder" volver y el sabor dulce de los bonitos momentos que viví en Graus! Un abrazo a todos los grausinos y grausinas que me acogísteis tan cálidamente. Atram.