La
Catedral de
San Pedro de
Jaca es una de las joyas del
románico español y una pieza clave del
Camino de Santiago en tierras aragonesas.
Cuando en el siglo XI Ramiro I constituye el reino de
Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, eligió a Jaca como su capital. Esta nueva ciudad precisaba un gran templo, que se construyó en el estilo
artístico imperante en la Jacetania en esta época: el Románico.
Pasaron los años y la catedral que hoy podemos contemplar es
fruto de varias etapas constructivas, obras que duraron más de un siglo.
Es un templo con planta basilical de tres naves con cinco tramos cada una, cubiertas con
bóvedas de tracería
gótica tardía. A principios del siglo XVI se derribó el
coro románico y se construyó otro renacentista. En 1919 el coro del cabildo se trasladó desde la nave principal hasta el presbiterio, ampliado en el siglo XVIII.