CASA -
PALACIO DE LOS VILLACAMPA: Edificado en pendiente aterrazada y consta de 3 bloques escalonados, construido con
piedra sillar y mampostería, con
tejados de losas a dos vertientes y ménsulas o canetes de piedra labrada en forma de gola bajo los
aleros. El bloque más antiguo (el más alto) data del año 1542. Este bloque consta de 3 pisos, destacando sus techos con vigas de madera labradas sostenidas por una
columna central de piedra.
El bloque central tiene un paso abovedado, con
arco de medio punto que atraviesa el
edificio (1642). En este bloque destaca su sala con suelo de piedra de canto rodado formando grandes lazadas.
El bloque inferior data según su
puerta principal del año 1658. En este destaca la antigua
capilla, abobedada con
pila propia.
La casa contaba con
pórtico exterior, hoy desaparecido.
Es importante la colección heráldica grabada en piedra que se observa a lo largo de todas las
fachadas, y donde además del
escudo de armas de los Villacampa, aparecen las armas de importantes linajes aragoneses: Garcés, jimenez, Maza de Lizana y Espés. Igualmente, aparece reflejado el anagrama de la Inquisición, como consecuencia de que Don Jeónimo Villacampa, uno de sus ilustres moradores (s. XVII) fue comendador del
Santo Oficio.
Frente a la Casa se alza la
Iglesia de
San Salvador, a la que se accede a través de una amplia escalinata de obra. Contrucción de sillarejo y piedra sillar en las
esquinas y parte baja del muro sur.
De planta rectangular que queda dividida en tres tramos, con dos
capillas a cada lado y cabecera recta y un poco más baja orientada al este.
Coro alto a los pies sobre
bóveda de lunestos. La sacristia abre al costado norte de la cabecera. Consta de
torre pórtico a los pies, de mampostería y tres cuerpos escalonados.Se haya datada según sus muros del año 1669.
La iglesia sirvio de panteón familiar para la
familia villacampa. En su interior se conserva un doncel de piedra a modo de
altar de la familia Villacampa, conocido popularmente como "Altar de Lorente" así como varias inscripciones mortuorias en lápidas sobre el suelo que narran proezas,
historia y méritos familiares de los Villacampa.
En
otoño, una hiedra que recorre la torre desde sus pies hasta alcanzar el
campanario, se torna de
color rojo lo que provoca una estampa preciosa retratada por no pocos foraneos y visitantes.