Sus gruesos muros están levantados en
piedras sillares perfectamente escuadrados y en cuyas caras exteriores podemos ver las marcas que los canteros dejaban en la
piedra, a modo de firma, para identificar su trabajo. Esta es la única decoración ya que su muro es totalmente liso, solo abierto por dos pequeñas
ventanas abocinadas, una de ellas en el centro del
ábside.
Datos procedentes del panel informativo.